viernes, 6 de noviembre de 2009

ALUMNOS DE MORFOSINTAXIS

II. LA ADQUISICIÓN DE LAS CATEGORÍAS FUNCIONALES
Tradicionalmente se han distinguido cuatro etapas en el proceso de adquisición:
(1) Etapa holofrástica 0;10 a 1;00
Etapa de dos palabras 1;06 a 2;00
Etapa telegráfica 2;00 a 2;06
Etapa de consolidación 2 2;06 a 3;00
Las edades señaladas son aproximativas y,



CATEGORIAS GRAMATICALES.

CATEGORIA
EDAD
AUTOR
SUSTANTIVO


VERBO


ADJETIVO


ARTICULOS


ADVERVIOS


CONJUNCIONES


PREPOSICIONES


PRONOMBRES


INTERJECCIONES



Los niños aprenden de 10 a 15 palabras diarias a los 18 meses.
El fenómeno de la explosión de vocabulario a los 16 a 22 meses,
El uso de secuencias gramaticales correctas. 24 a 30 meses.

Los niños de dos años utilizan los referentes contextuales y lingüísticos para el aprendizaje de nuevas palabras

EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 413
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISICIÓN DE LA
PRIMERA LENGUA: ANÁLISIS DE LA ETAPA TELEGRÁFICA
DE UNA SUJETO MONOLINGÜE DE ESPAÑOL*
ANA OJEA
Universidad de Oviedo
I. EL PROBLEMA LÓGICO DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE
En las bases filosóficas de la teoría chomskyana está la propuesta del
innatismo, una de las más controvertidas en su momento pero bastante
asentada en el panorama científico en la actualidad. Probablemente el debate
reciente se centra más en qué forma de innatismo es defendible, un innatismo
específicamente lingüístico (i.e. mecanismos gramaticales innatos) o
un innatismo de carácter general (i.e. mecanismos cognitivos innatos que
también afectan a la adquisición lingüística) 1. Chomsky siempre ha defendido
el innatismo específico, pero hasta bien entrados los años 80 sus propuestas
gramaticales apenas pudieron ser utilizadas como instrumentos teóricos
de aproximación al tema de la adquisición. La teoría de Principios y
Parámetros significó el punto de inflexión en este sentido, ya que planteó
un modelo (que se continúa en el Programa Minimista) lo suficientemente
restrictivo como para caracterizar la Facultad del Lenguaje y, consecuentemente,
lo que se ha dado en llamar «el problema lógico de la adquisición»:
cómo el niño es capaz de construir un sistema lingüístico complejo (que de-
––––––––
* Este trabajo se inscribe en el Proyecto (BFF 2000-0504): «El desarrollo de las categorías
gramaticales: análisis contrastivo de la adquisición lingüística temprana del inglés, castellano
y catalán», financiado por la D.G.E.S.
1 V. O’Grady 1997 para una visión amplia y documentada sobre el tema.
Revista Española de Lingüística, 31, 2, págs. 413-430.
414 ANA OJEA
viene en la lengua adulta) a partir de una experiencia tan limitada, i.e. el argumento
de la pobreza del estímulo.
Dos son los aspectos claves de la adquisición que se deben tratar si se
adopta la versión fuerte del innatismo: a) cómo se puede caracterizar la Facultad
del Lenguaje en su estado inicial y b) cómo se desarrolla el aprendizaje.
Es en este último punto en el que nos vamos a centrar aquí, revisando
algunas de las propuestas más significativas de esta década dentro de las
tres posibilidades esenciales que se han barajado: la hipótesis continuista
(los mecanismos gramaticales permanecen invariables en las diferentes fases
de la adquisición), la hipótesis maduracional o no-continuista (los mecanismos
gramaticales maduran y se implementan durante el desarrollo) y
las llamadas hipótesis intermedias, que, adoptando la versión continuista, la
relajan proponiendo la opcionalidad de ciertos mecanismos. Al tiempo,
plantearemos una opción concreta a la luz de algunos hechos empíricos del
español.
II. LA ADQUISICIÓN DE LAS CATEGORÍAS FUNCIONALES
Tradicionalmente se han distinguido cuatro etapas en el proceso de adquisición:
(1) Etapa holofrástica 0;10 a 1;00
Etapa de dos palabras 1;06 a 2;00
Etapa telegráfica 2;00 a 2;06
Etapa de consolidación 2 2;06 a 3;00
Las edades señaladas son aproximativas y, obviamente, existen diferencias
individuales que no invalidan las conclusiones que se puedan obtener
con respecto a la forma de la gramática infantil.
La fase de desarrollo que ahora nos interesa es la tercera, así como qué
aspectos determinan el paso de ésta a la cuarta. De hecho, éste es el periodo
que ha sido más profusamente estudiado en la bibliografía reciente, puesto
––––––––
2 Por etapa de consolidación sintáctica entendemos aquélla en la que el lenguaje infantil
ya no difiere de la gramática adulta en sus aspectos más sustanciales, sin que ello quiera decir
que el proceso de adquisición haya culminado; para esto habrá que esperar hasta aproximadamente
los cinco años.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 415
que es también el que mejor ejemplifica el debate resumido más arriba entre
continuistas y no continuistas.
La etapa telegráfica se caracteriza por emisiones donde están ausentes
las marcas gramaticales de flexión, de especificidad y número, y de subordinación,
es decir, donde no se realizan las categorías funcionales básicas
de Tiempo, Determinante y Complementador 3. La, al menos aparente, ausencia
de estas categorías determina una serie de propiedades del lenguaje
infantil que lo hacen sustancialmente distinto del lenguaje adulto; de ahí
que esta etapa sea particularmente atractiva para el lingüista. Analizaremos,
en primer lugar, los hechos más significativos de este periodo en inglés y en
español.
2.1. Adquisición de las categorías funcionales en una lengua no pro-drop:
inglés
Uno de los aspectos más debatidos en la bibliografía adquisicionista ha
sido el de la opcionalidad del sujeto léxico en inglés (y en otras lenguas que
en el lenguaje adulto lo exigen) durante esta etapa. Es bien sabido que el
inglés es una lengua de las denominadas «no pro-drop», es decir, que requiere
un sujeto léxico en la oración. Sin embargo, durante un periodo de la
adquisición secuencias como la de (2) alternan con las de (3) 4:
(2) Throw away (Kathryn, 1;09)
No want this (Kathryn, 2;00)
Sit on piano (Kathryn, 2;00)
(3) Mommy throw it away (Kathryn, 1;09)
No Kathryn want play with self (Kathryn, 2;00)
Man sit down (Kathryn, 2;00)
Ejemplos de este tipo fueron abordados, entre otros, por Hyams (1986),
quien defendió un modelo según el cual la gramática universal ofrecería un
––––––––
3 En los modelos generativistas recientes esta información gramatical se proyecta en la
sintaxis en el Sintagma Tiempo (ST), Sintagma Determinante (SDet) y Sintagma Complementante
(SComp), respectivamente. Por otra parte, los rasgos que caracterizan a estos sintagmas
serán, como veremos, cruciales para la explicación formal de un buen número de procesos
sintáct icos.
4 En los niños estudiados en Bloom (1970), de los cuales están tomados los ejemplos de
(2) y (3), el periodo de sujeto nulo duró desde los veintiún a los veinticuatro meses en Kathryn,
desde los veinte a los veinticinco en Eric y desde los veinte a los veinticinco en Gia. Son,
pues, periodos de tiempo suficientemente significativos.
416 ANA OJEA
conjunto de parámetros fijados por defecto; adquirir una lengua consistiría
entonces en confirmar o reajustar esa opción paramétrica inicial. En el caso
que nos ocupa, todas las lenguas serían inicialmente pro-drop, pero los niños
que adquieren el inglés corregirán esa opción, ante la ausencia de evidencia
positiva en esa línea, mientras que quien adquiere el español mantendrá
la opción por defecto.
Puesto que las diferencias estructurales entre los sujetos nulos del inglés
infantil y los de lenguas pro-drop como el español o el italiano son notables,
la idea de que el inglés pudiera ser pro-drop en los estadios iniciales
fue rápidamente contestada y rechazada. Sin embargo, el problema de la legitimación
de estos sujetos siguió siendo un tema ampliamente debatido5;
como no podía ser menos, se ofrecieron explicaciones desde perspectivas
continuistas, no continuistas e intermedias. En este último grupo destacan
—por el número de trabajos a los que dieron lugar— las tesis de Rizzi
(1994) y de Wexler (1994).
Rizzi (1994) defiende que los sujetos nulos en inglés son un tipo de categoría
vacía definida por los rasgos [-anáfora -pronominal -variable], que
se legitima en el especificador de la oración matriz dadas ciertas condiciones,
entre ellas que la categoría SComp esté truncada, es decir, que no se
proyecte. Por su parte, Wexler (1994) condiciona la existencia de sujetos
nulos en lenguas no pro-drop (francés, alemán, holandés, sueco y noruego,
además del inglés) a la aparición de oraciones de infinitivo matriz, es decir,
oraciones principales que no proyectan la categoría ST y cuyo sujeto sería,
por lo tanto, PRO 6.
Aparte de las consecuencias teóricas de estas hipótesis, en las que no
vamos a profundizar, ambas hacen importantes predicciones empíricas. El
enfoque de Rizzi prevé que no sean posibles oraciones interrogativas con
sujetos nulos, ya que en estos contextos SComp se proyecta necesariamente;
los hechos parecen confirmar esta tendencia, y la mayor parte de estos
––––––––
5 El interés por caracterizar los sujetos nulos del lenguaje infantil tiene que ver no sólo
con el hecho de que es un fenómeno diferencial con respecto al lenguaje adulto, sino con la
propia naturaleza de las categorías vacías; como señala Chomsky (1982, pág. 63): «The properties
of empty pronouns can hardly be determined inductively from observed phenomena,
and therefore presumably reflect inner resources of the mind».
6 La hipótesis de Rizzi que hemos señalado analiza los casos de sujeto nulo con verbos
flexionados. En otro artículo, Rizzi (1993/94) trata las oraciones de infinitivo matriz y adopta
también la idea de que ST, y las categorías que lo dominan, no se proyecta.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 417
sujetos aparecen en oraciones afirmativas 7. Por otra parte, Rizzi extiende
también su análisis a ciertos resgistros de la lengua adulta donde no se proyecta
SComp y donde, por tanto, también son posibles los sujetos nulos: el
lenguaje de los diarios o de los titulares periodísticos:
(4) A very sensible day yesterday, __ saw noone, __ took the bus to Southwark
Bridge... (Virginia Wolf, Diary, Vol. 5)
En cuanto a la hipótesis de Wexler, desarrollada para el inglés en Harris
y Wexler (1996), predice que con la fase de sujeto nulo coexistirán dos tipos
de oraciones negativas: dado que, según su propuesta, la categoría ST
es opcional en esta fase, si no se proyecta, no habrá marcas explícitas de
tiempo ni aparecerá el auxiliar do, pero si ST se expande, do (y la morfología
flexiva) sí estarán presentes. Combinando estas posibilidades con la negación,
durante esta etapa serán posibles oraciones como (5) o (6), pero no
como (7):
(5) He doesn’t go
(6) (He) not go
(7) *He not goes
Los datos que aportan, tanto de estudios longitudinales como inducidos,
parecen confirmar la hipótesis.
Dentro del marco de las teorías no continuistas destaca el trabajo de Radford
(1990). Apoyándose en un amplio material de tipo empírico, Radford
defiende que la gramática infantil en la etapa telegráfica es una gramática
léxica, es decir, carente de categorías funcionales 8. Al no existir esas categorías
—que controlan la distribución e interpretación de los argumentos—
se relajan ciertos requisitos de legitimación, entre ellos los que regulan la
existencia de categorías vacías. De ahí, según Radford, que sea posible encontrar
argumentos no léxicos en posiciones que no estarán disponibles en
el lenguaje adulto; estos argumentos pueden ser sujeto —como en los
ejemplos de (2)— u objeto, como en (8):
(8) You do (Neville 1;06)
Mummy get (Claire 1;11)
––––––––
7 Roeper y Rohrbacher (1994) señalan, no obstante, casos que demuestran que los sujetos
nulos son compatibles con el movimiento de Wh- (e.g. Adam produce 104 oraciones interrogativas
parciales sin sujeto léxico entre los 27 y los 35 meses).
8 En Radford (1992 y 1996) el autor profundiza en esta hipótesis.
418 ANA OJEA
Lady read (Jem 2;00)
Me have (Anne 2;00)
Finalmente, como ejemplo de las tesis continuistas señalaremos el trabajo
de Hyams (1996). Esta autora propone que en la etapa telegráfica la
gramática infantil posee todas las categorías funcionales, pero que éstas se
encuentran infraespecificadas; fenómenos como la existencia de infinitivos
matrices, oraciones sin sujeto léxico o argumentos sin determinantes se deberían
a la infraespecificación de T o D o, más en concreto, a principios de
orden pragmático diferentes de los del lenguaje adulto que fuerzan su especificación
por defecto. Sin entrar en los detalles técnicos del análisis, la interpretación
que recibiría T en esta etapa es la de «aquí y ahora», y el SDet
sin Determinante la de «conocido».
Así pues, un buen número de hechos lingüísticos de la llamada etapa telegráfica
del inglés parecen estar relacionados con las propiedades de las
categorías funcionales en este periodo. Hemos destacado, por significativos:
(9) a) la existencia de oraciones de infinitivo matriz
b) la posibilidad de sujetos no léxicos, normalmente vinculados a oraciones
de infinitivo matriz no interrogativas
c) la coexistencia de diferentes mecanismos de negación
d) la posibilidad de objetos no léxicos
e) una diferente interpretación (pragmática) de las oraciones y de los argumentos
nominales
Cualquiera de los trabajos que hemos reseñado más arriba (y los que se
han derivado de ellos) plantean hipótesis consistentes para explicar estos fenómenos.
Es difícil determinar desde una perspectiva estrictamente empírica
cuál de ellos es preferible. No obstante, la versión más reciente de la teoría
chomskyana, el Programa Minimista, parece favorecer aproximaciones de
corte continuista. Por una parte, la teoría es lo suficientemente restrictiva en
general, y en el aspecto de las categorías funcionales en particular, como para
ofrecer un modelo plausible de gramática universal. De hecho, hay sólo tres
categorías funcionales centrales en las derivaciones: C, T y Det, y lo que determina
la forma final de las secuencias son los rasgos de esas categorías, que
deberán ser cotejados bajo condiciones de identidad y de localidad. Así pues,
es perfectamente coherente suponer que las diferencias entre el lenguaje infantil
y el adulto —al igual que entre unas lenguas y otras— estriban en que
los rasgos que se proyectan en las primeras etapas de la adquisición no coinciden
exactamente con los de la etapa adulta.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 419
Esta opción es además preferible si se enfoca el problema desde una
perspectiva neutral que abarque no sólo al hablante sino también al oyente;
es decir, las emisiones infantiles pueden no manifestar marcas gramaticales,
pero cualquier análisis de la comprensión lingüística en esta fase (recordemos
que nos movemos en torno a los dos años) demuestra que los conceptos
de tiempo, persona, modo, aserción, interrogación, imperativo… son
perfectamente entendidos por el niño.
Así pues, podríamos partir de un axioma de corte continuista, y asumir
que la hipótesis más económica desde el punto de vista conceptual es que,
si no se demuestra lo contrario, los mecanismos cognitivos del niño y del
adulto son los mismos. Esto implica que existe un conocimiento innato de
las categorías sintácticas. En un primer momento, la única operación del
mecanismo computacional disponible es la de «Ensamble», de ahí que las
primeras combinaciones de elementos sean de tipo binario (fase II) 9; al
principio se agrupan sólo categorías léxicas (nombre, verbo y adjetivo,
principalmente) y, aunque no vamos a discutir el porqué de esta limitación,
desde una perspectiva continuista habría que suponer que es debido a restricciones
de procesamiento y/o pragmáticas. Estas mismas restricciones
podrían explicar que en una fase siguiente (la que aquí nos ocupa) el niño
empiece a utilizar las categorías funcionales pero no active simultáneamente
todos los rasgos que las caracterizan. Es decir, las diferencias entre el
lenguaje infantil en la etapa telegráfica y el lenguaje adulto son diferencias
de rasgos gramaticales, no de gramática: en el momento en que el niño adquiere
todos los rasgos que las categorías funcionales poseen en su lengua
se puede decir que su proceso de adquisición sintáctica ha culminado.
Si desde el punto de vista conceptual este tipo de explicación continuista
parece preferible, no debemos desdeñar tampoco su potencial empírico.
Asumir que las categorías funcionales están presentes en la etapa telegráfica
ha facilitado la explicación de un buen número de fenómenos gramaticales
del francés, el italiano, el alemán, el holandés, el danés… (v., entre otros,
Hyams 1992, 1994 y Deprez y Pierce 1993, 1994, junto con las referencias
que allí se citan). El español no puede incluirse por el momento entre las
lenguas que más han sido estudiadas desde esta perspectiva, pero creemos
que algunos aspectos del español infantil pueden ser muy significativos pa-
––––––––
9 Ensamble (Merge) se define como una operación que combina un par de objetos sintácticos
para formar una categoría de la cual uno de ellos será núcleo.
420 ANA OJEA
ra sustentar la idea de que adquirir la sintaxis de una lengua es un proceso
de adquisición de rasgos.
Para demostrarlo vamos a aportar datos —tomados de un estudio longitudinal
que estamos llevando a cabo— del proceso de adquisición de la
primera lengua de Irene, niña española monolingüe. Desde que sus emisiones
pudieron considerarse lingüísticas (aproximadamente a los diez meses),
se ha realizado un seguimiento diario de sus producciones espontáneas,
anotando mes/día, trascripción fonética de la secuencia y contexto exacto
de la emisión 10. En este trabajo nos limitamos a datos obtenidos entre los
16 y los 23 meses. Conviene señalar, además, que su fase telegráfica es significativamente
más breve que la de los sujetos ingleses reseñados anteriormente;
en concreto se extiende desde los 16 a los 22 meses, momento en
que comienza la fase de consolidación.
2.2. Adquisición de las categorías funcionales en una lengua pro-drop: español
Es bien sabido que de las muchas diferencias existentes entre el español
y el inglés, algunas muy importantes tienen que ver con las características
flexivas de las dos lenguas. El español es una lengua morfológicamente rica,
cuya flexión verbal es uniforme (en el sentido de Jaeggli y Safir 1989) y
referencial (en el sentido de Rohrbacher 1992) 11; la primera característica la
convierte en una lengua pro-drop que legitima sujetos nulos, mientras que
la segunda determina que su flexión posea un rasgo [+fuerte] que provoca
el ascenso del verbo en el componente visible de la sintaxis. Esto quiere decir
que los fenómenos b y c de (9) —sujetos no léxicos y distintos mecanismos
de negación— no serán pertinentes en la etapa equivalente de la adquisición
del español. ¿Qué rasgos del idioma infantil nos pueden ofrecer
una pista, entonces, de la estructura funcional de esa gramática?
Centrándonos en el marco de la oración, de 212 recogidas en nuestro estudio
entre los 16 y los 21 meses (ambos incluidos), excepto en 17, en las
––––––––
10 Simultáneamente se le realizan grabaciones en vídeo quincenales de aproximadamente
treinta minutos, en contextos de habla espontánea, pero los datos de este trabajo sólo provienen
de las anotaciones diarias.
11 Por uniforme se entiende que cada forma verbal posee raíz y afijo flexivo; por referencial,
que posee afijos de primera y segunda persona al menos en un número, y de singular al
menos en una persona (v. Ojea 1997 para una discusión de estos conceptos).
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 421
demás aparece el verbo flexionado 12: 32 presentan forma imperativa (el
15,3%), 90 forma de presente (el 43,2%) y 73 forma de pasado (el 35%); en
ningún caso aparecen marcas de persona (siendo usada por defecto la tercera
de singular), ni oraciones con verbo en subjuntivo. Recogemos en (10),
dos ejemplos de cada tipo:
(10) Imperativo: papá, abre puerta (1;06,1)
mamá, quita gorro (1;07,4)
Presente: marcha agua (1;06,13) [mirando el desagüe]
a Irene peina (1;06,13) [peinándose]
Pasado: cayó colonia papá (1;06,20)
cogió diga-diga (1;07,13)
Aparentemente nuestros datos contradicen las dos hipótesis más extremas
señaladas anteriormente. Es evidente que existen marcas flexivas, por
lo que no nos encontramos ante una gramática léxica del tipo de Radford
(1990); pero tampoco parece sostenerse la idea de infraespecificación de la
categoría Tiempo, en términos de «aquí y ahora», a tenor de los 73 ejemplos
en pasado que se usan espontáneamente durante estos meses. Ahora
bien, el contexto en que todas las emisiones con morfología de pasado se
producen deja claro que en ningún caso la hablante se refiere a un tiempo
anterior a la emisión, sino a una culminación del evento verbal: en otras palabras,
la morfología marca aquí aspecto perfectivo, no tiempo 13.
De hecho, hasta unos días antes de cumplir los veintidós meses no encontramos
ninguna oración con morfología de pasado que indique otra cosa
que aspecto perfectivo, es decir, la niña no «sabe» referirse al pasado utilizando
la flexión. Tres ejemplos de antes de esta fecha, uno espontáneo, otro
inducido y otro de imitación lo corroboran (en 11b se desarrolla un diálogo
entre Irene (I) y su madre (M)):
(11) a. Llora nena en casa de Alba (1;08,02)
[emitida por la noche; describía que por la mañana había visto llorar a
una niña]
––––––––
12 En las 17 secuencias sin verbo flexionado se incluyen expresiones en las que aparece el
verbo en participio presente o pasado (e.g. durmiendo; ojo cerrado), que no pueden considerarse
oraciones matrices; y 3 secuencias del tipo a+infinitivo (e.g. a dormir), que consideramos
expresiones imperativas lexicalizadas.
13 En los ejemplos con morfología de pasado recogidos en (10), el contexto era: cayó colonia
papá: al ver cómo se volcaba un frasco de colonia cerca de ella; cogió diga-diga: acercándose
al interlocutor con el teléfono en la mano.
422 ANA OJEA
b. [M: ¿Fuiste al parque con papá?] I: No; [M:¿Por qué?] I: Llueve
(1;08,03)
[emitida por la noche. M le pregunta qué había hecho durante el día]
c. Cucú canta la rana (1;08,03)
[imitando la canción infantil]
Las primeras oraciones donde encontramos referencia al tiempo pasado
son las señaladas en (12); en ellas Irene cuenta espontáneamente al final del
día hechos que habían sucedido por la mañana:
(12) Alba tenía un papel en la boca (1;09,27)
Venía tu mamá de Alba (ídem)
Alba tenía muchas pelotas en el bolso de Alba (ídem)
Es significativo que la marca de pasado utilizada aquí sea la que expresa
aspecto imperfectivo, inexistente en su gramática hasta entonces. Es bien
sabido que la morfología flexiva verbal del español aúna en un mismo morfema
las marcas de tiempo y de aspecto gramatical, por lo que existen dos
posibilidades:
1) [aspecto perfectivo, tiempo pasado], el denominado pretérito indefinido
o perfecto simple: expresa la culminación de un evento pero, al menos
en la variante asturiana que constituye el input de Irene, no tiene por qué
asociarse necesariamente con un momento en el tiempo anterior a la emisión
14.
2) [aspecto imperfectivo, tiempo pasado], el denominado pretérito imperfecto:
expresa un evento en desarrollo durante el pasado, es decir, se
asocia siempre con un tiempo anterior al de la emisión.
Hasta aproximadamente los 22 meses, Irene carece de la noción pragmática
de pasado en el sentido de momento anterior al tiempo de emisión;
de ahí que sólo utilic e la forma flexiva de pasado para referirse a una acción
terminada en el momento del habla: es decir, sólo utiliza el pretérito indefinido.
En el momento en que adquiere el concepto de tiempo (a los 22 meses),
amplía su uso del indefinido para indicar también aspecto perfectivo
en un momento anterior al del habla ([+perfectivo +pasado]), y comienza a
––––––––
14 Esta opción perfectiva asociada con el presente se manifiesta en la gramática del castellano
con la forma perifrástica haber+participio pasado (pretérito perfecto). En Asturias esta
forma apenas se utiliza, siendo sustituida por la de pretérito indefinido, que amplía así su referencia
para abarcar el presente.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 423
utilizar el pretérito imperfecto para indicar aspecto imperfectivo en un momento
anterior al momento del habla ([-perfectivo +pasado]):
(13) a. Ahí estaba Daniel y escapó (1;10)
[emitida por la noche; asomada a la ventana recordaba que desde allí
había visto cómo un niño conocido se escapaba de su madre]
b. Papá, ¿cómo gritaba Irene en la tienda? [P: ¿En qué tienda?] En la
tienda que compró papá un video (1;11)
[diálogo con su padre por la noche]
Es más, por primera vez aparecen también en sus emisiones marcadores
sintácticos de aspecto (ya) y de tiempo (un día) 15:
(14) Está caliente, ya lo soplé y ahora está muy frío (1;10)
Estoy quitando las pinzas. Mira, ya quité las pinzas (1;10)
(15) Ahí cayó un día Irene (1;10)
Un día en la feria había miedo a los negrinos (1;10)
Así pues, podemos afirmar que desde los 22 meses la gramática de Irene
posee la noción de tiempo: ¿qué fenómenos gramaticales se conectan
con esta adquisición? Dado que el español es una lengua pro-drop desde el
inicio, la ausencia/presencia del sujeto no es significativa en este sentido,
pero sí creemos que están relacionados:
A) La fijación del orden de constituyentes: antes de los 22 meses la posición
en que aparecen los argumentos del verbo con respecto a éste no
siempre coincide con la del español adulto; la tendencia es que el sujeto
aparezca al final de la oración (lo cual es posible también en la lengua adulta),
pero también se dan otros ordenamientos imposibles en castellano:
(16) a. SOV Pedrín bigote quitó (1;05)
«Pedrín quitó el bigote»
[al ver por primera vez a un conocido sin bigote]
b. OSV Emilio otra Ana riñe (1;05)
«Otra Ana riñe a Emilio»
[al sentir llorar a un niño vecino]
––––––––
15 Estas expresiones adverbiales no siempre las usa correctamente: e.g. el otro día, o
cuando era pequeñita, para referirse a algo ocurrido el mismo día, e incluso, mañana (Aquí
estuvimos mañana comprando un prendedor [24;01,17]). De todas formas, el tiempo pasado
sólo lo utiliza para referirse a acontecimientos que recuerda por su especial relevancia o en
contextos de inducción. En su habla espontánea predominan el imperativo y el presente.
424 ANA OJEA
Estos ejemplos son muy escasos en el habla de Irene antes de los 22
meses, e inexistentes a partir de entonces. Se trata, sin embargo, de un fenómeno
presente en distintas lenguas (señalamos ejemplos del inglés y del
catalán), y que por tanto requiere explicación 16:
(17) a. Kimmy kick (Kendall, 2;01 meses)
Kimmy golpear[infinitivo]
«Golpea a Kimmy»
b. Doggie sew (ídem)
perrito coser[infinitivo]
«Cose el perrito»
(18) a. Sabates treure (Mireia, 1;08 meses)
zapatos quitar[infinitivo]
«Quítame los zapatos»
b. Mama pitet posa (ídem)
Mamá babero pone[3,ª pers. presente indicativo]
«Mamá me pone el babero»
Puesto que oraciones como las de (16)-(18) son posibles en el habla infantil
sólo antes de que se complete la noción de tiempo gramatical, creemos
que existe una clara relación entre los dos fenómenos.
B) La adquisición del artículo: aunque tenemos recogido algún ejemplo
temprano, pero aislado, de SSNN con artículo indeterminado (un, una), el uso
del artículo en la gramática de Irene no empezará a ser productivo hasta
después de los 20 meses; las marcas de número aparecen a los 21 17. Asumiremos
que el SDet está hasta entonces infraespecificado como [+referencial],
ya que en nuestro corpus los sintagmas sin artículo sólo denotan entidades
de ese tipo. Mantendremos, pues, la hipótesis de que la categoría
funcional está presente como la conceptualmente más deseable, aunque la
evidencia que podemos aportar en su favor es únicamente semántica.
En el caso de Irene, se comprueba que hacia los 21 meses ya utiliza espontánea
y sistemáticamente la distinción [±específico], desarrollada léxi-
––––––––
16 Los ejemplos del inglés aparecen en Radford 1990, cuya explicación del fenómeno se
basa en que el objeto ocupa aquí la posición del sujeto, por lo que no podrían coaparecer: los
ejemplos (16b) y (18b) contradicen esta predicción. En cuanto a los ejemplos del catalán, están
tomados de Llinás y Coll 1999, que proponen una categoría Aspecto (que representa la
Aktionsart verbal) a cuyo especificador ascendería el objeto.
17 El rasgo formal de género se adquiere bastante antes; en Irene ya está consolidado a los
16 meses.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 425
camente en la oposición artículo determinado / artículo indeterminado; es
más, comienza también a explotar la posibilidad que existe en español de
utilizar el artículo para legitimar una categoría vacía en el núcleo nominal:
(19) (Quiero) la nueva y la vieja: las dos (1;09,04) [pidiendo unas esponjas]
Mami, esa crema que está ahí abajo: la de arriba no (1;09,21)
Significativamente, la adquisición del artículo (o de sus rasgos) tiene
lugar muy poco antes que la de tiempo gramatical, son casi simultáneas, de
ahí que sea plausible hablar de conexión entre ambas.
C) La adquisición de los clíticos: la consolidación de los rasgos de la
flexión y la de los del determinante coinciden con la aparición de los primeros
clíticos en el habla de Irene, en torno también a los 21 meses:
(20) La arregló mamá (1;09,03)
Lo quitó , este collar (1;09,07)
No la toques, es de Tomás, la bici (1;09,08)
Ahora los cogió Marta (1;09,18)
Todos los clíticos que recogimos hasta los 24 meses son marcas de Objeto
Directo (OD): los de Objeto Indirecto (OI), o los omite (en contextos
donde la lengua no permite esta opción), o los utiliza incorrectamente:
(21) El payasín dio a Pluto (1;10,26)
«El payasín me dio a Pluto»
Mami, no te gusta (1;10,20)
«Mami, no me gusta»
Había payasinos en la feria y te dio un globo (1;10,24)
«Había payasinos en la feria y me dieron un globo»
Sin descartar que puedan existir razones temáticas que determinen la
aparición de los clíticos de OD antes que los de OI, también hay un condicionante
puramente formal para este orden: los clíticos de OI poseen un
rasgo [+persona] que, de hecho, Irene no adquirirá hasta pasados los 24 meses.
Hasta entonces sólo utilizará por tanto clíticos de OD que son SDets
con los rasgos [+específico], [+género], [+número], [+Caso acusativo], es
decir, sintagmas caracterizados por unos rasgos que en ese momento ella ya
ha activado.
xxxi, 2.—2
426 ANA OJEA
III. UNA HIPÓTESIS MINIMISTA
La exploración de los datos de Irene desde los 16 a los 23 meses nos ofrece
otra perspectiva desde la cual afrontar el problema de la adquisición de las
categorías funcionales y de evaluar las aproximaciones teóricas que reseñamos
más arriba. Como ya señalamos, lenguas como el español —donde el
verbo aparece flexionado desde las primeras manifestaciones infantiles, y
rasgos formales como el género se adquieren también muy pronto— se oponen
a una explicación radicalmente no continuista en lo que a las categorías
funcionales se refiere. Dentro de los modelos continuistas, hay dos opciones
empíricamente válidas pero con distintas implicaciones teóricas: la de considerar,
en la línea de Harris y Wexler 1996, que cuando no existen indicios
sintácticos o morfológicos de la categoría Tiempo esta categoría no se proyecta,
o la de proponer, desde una perspectiva continuista más radical del
estilo de Hyams 1996, que la categoría Tiempo sí se proyecta pero
inicialmente infraespecificada. La primera opción implica considerar que las
categorías funcionales son haces de rasgos que siempre determinan
propiedades formales de las construcciones, y la segunda, que también tienen
valor como meros marcadores de aspectos de contenido. Obviamente, esta
segunda opción, que será la que adoptemos aquí, ha de matizarse para que no
dé lugar a la proliferación incontrolada de categorías funcionales; la
regulación puede venir por la vía morfológica (e.g. debe existir un correlato
morfológico de la categoría) o por la de los requisitos semánticos fuertes (e.g.
ninguna oración puede ser matriz si no se encuadra en un tiempo de referencPiau)
e.sto que las oraciones de la lengua infantil, al igual que las de la
adulta, sitúan el tiempo del evento en relación con el momento del habla,
propondremos que también están nucleadas por ST. Por tanto, incluso las
denominadas «oraciones de infinitivo matriz» no serán sino oraciones donde
la categoría T aparece especificada como [-pasado] por defecto, y con
algún otro rasgo sin consolidarse aún.
Conviene en este punto detenerse brevemente en la teoría de la comprobación
de rasgos dentro del Programa Minimista, dado que éste será el marco
en el que se inscriba nuestra hipótesis de explicación del material empírico
presentado más arriba.
En sus trabajos desde 1995, Chomsky, desde una concepción innatista y
modular de la gramática, trata de caracterizar la Facultad del Lenguaje como
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 427
un sistema computacional óptimo (lo que él denomina «computational system
for human language»: CHL) que obedece a las condiciones de legibilidad
impuestas por otros dos sistemas externos a esa Facultad del Lenguaje:
el sistema articulatorio-perceptual y el sistema conceptual-intencional.
Dicho en otros términos: el órgano mental humano genera un lenguaje cuyas
estructuras deben ser «utilizables» en el sentido de que tienen que poder
ser articuladas y resultar comprensibles. Según esto, un diseño óptimo de la
Facultad del Lenguaje implicaría que los objetos sintácticos debieran aparecer
siempre en las posiciones en las que se interpretan (e.g. los argumentos
en el entorno de sus predicados), pero, dado que esto no es así, el lingüista
tiene que explicar qué provoca el desplazamiento de algunos constituyentes
y cuáles son las posibilidades de variación que existen en este sentido entre
las distintas lenguas naturales.
El Programa Minimista, en sus distintas versiones, articula estas explicaciones
en torno a la necesidad de comprobar determinados rasgos que caracterizan
a las categorías funcionales, y que pueden variar de unas lenguas
a otras 18. Al tiempo, la adquisición de la primera lengua se concibe también
como un proceso de fijación de rasgos; este proceso lo desencadenará lo
que es «visible» para el niño en su entorno lingüístico y, por tanto, rasgos
que tienen un claro correlato fonológico o morfológico en la lengua de acceso.
En concreto, los rasgos de las categorías funcionales pueden ser fundamentalmente
de dos tipos: [+interpretables] y [-interpretables]. Los segundos
son rasgos que no pueden ser interpretados en el denominado nivel de
la Forma Lógica —interfaz con el sistema conceptual-intencional— y que,
por tanto, deben de ser eliminados antes de acceder a él. Su supresión se
realiza mediante concordancia con un sintagma léxico que, para ello, se
desplazará al especificador de esa categoría funcional19. Los rasgos [+interpretables],
por su parte, pasan directamente al nivel de la Forma Lógica,
donde tiene lugar la interpretación semántica de la oración.
––––––––
18 Obviamente, la caracterización de las diferencias entre lenguas no se agota con el inventario
de los rasgos de las categorías funcionales, dado que también existen diferencias de
tipo léxico y/o fonológico.
19 Estamos simplificando considerablemente los detalles técnicos del Programa Minimista
para centrarnos en los aspectos de diseño relevantes para nuestra argumentación. Por ejemplo,
la operación de concordancia no siempre implica el movimiento de una categoría; en ocasiones
la elevación de alguno de sus rasgos es suficiente para cotejar los rasgos correspondientes
de la categoría funcional, por lo cual no existirá un desplazamiento visible en la estructura.
428 ANA OJEA
Teniendo todo esto en cuenta, nuestra explicación se basa en que las
oraciones del idioma infantil en su fase telegráfica no son oraciones sin
Tiempo, sino oraciones donde la categoría T sólo posee rasgos [+interpretables],
en concreto, la referencia al tiempo presente y el aspecto gramatical
perfectivo, ambos asignados por defecto. Así pues, basándonos en los datos
del estudio longitudinal de Irene, podríamos proponer la siguiente especificación
de T en la fase telegráfica:
(22) T en la fase telegráfica
rasgos [+interpretables] de:
Tiempo: [-pasado]
Aspecto: [+perfectivo]
Hacia los 22 meses nuestra sujeto amplía esos rasgos de T, completando
los valores [+interpretables] (i.e. se adquiere el tiempo [+pasado] y el aspecto
[-perfectivo]) y activando los rasgos [-interpretables] de la categoría,
en concreto el rasgo f (formal) de número, y el rasgo de Caso Nominativo
20. Significativamente, estos rasgos han aparecido poco antes en su gramática
asociados a SDet (v. los datos aportados sobre el SDet y sobre los
clíticos), por lo que ya es posible su comprobación y supresión antes del nivel
de la Forma Lógica. Así pues, nuestros datos parecen sugerir que adquirir
la morfología flexiva nominal (i.e. los rasgos de especificidad, género,
número y Caso) es determinante para fijar los rasgos [-interpretables] de la
categoría ST y, por tanto, para que la gramática infantil comience a equipararse
a la del adulto.
Recordemos, en este sentido, que uno de los hechos más llamativos de la
etapa telegráfica infantil era la ordenación (S)OV que no se da —en oraciones
no enfáticas— en el idioma adulto. Su explicación se sigue ahora directamente
de nuestra propuesta: son posibles antes de los 22 meses porque el
núcleo de ST está infraespecificado (sólo posee rasgos [+interpretables]) y no
existen, por tanto, mecanismos estrictamente gramaticales que regulen el movimiento
de los sintagmas nominales a la posición de especificador abierta en
esa categoría funcional. En otras palabras, en esta etapa de la gramática infantil
serán sólo las denominadas «condiciones periféricas» —es decir, requisitos
funcionales del tipo énfasis, tema/rema…— las que determinen la ordenación
y la forma de los principales constituyentes en la oración.
––––––––
20 El rasgo de persona, como ya señalamos, se adquiere más tarde, de ahí que durante un
tiempo los verbos aparezcan flexionados en presente o pasado sólo en tercera persona.
EL DESARROLLO SINTÁCTICO EN LA ADQUISI CIÓN DE LA PRIMERA... 429
Aunque nuestra hipótesis se fundamenta en datos de una sujeto monolingüe
de español, sus predicciones podrían tratar de extenderse a los hechos
del inglés que señalamos al comienzo. Antes de adquirirse todos los
rasgos de T —hacia los 29 meses en la mayor parte de los sujetos con los
que aquí hemos ejemplificado— son posibles los sujetos nulos o marcados
con un Caso distinto del Nominativo, los objetos preverbales… porque no
existen los mecanismos de comprobación asociados a los rasgos [-interpretables]
que regulan la estructura oracional. Probablemente, y dado que la
morfología nominal no es lo suficientemente rica en esta lengua, sea la adquisición
previa del rasgo [±específico] de SDet lo que provoque aquí la fijación
de los rasgos [-interpretables] de T, en concreto el denominado rasgo
+D (que en las lenguas no pro-drop fuerza la existencia de un sujeto léxico)
y el rasgo de Caso Nominativo.
Así pues, si nuestra propuesta es correcta, una perspectiva de tipo minimista
nos permitirá afrontar diversos hechos empíricos de dos lenguas
también diferentes, y dar así un paso más en lo que puede ser una caracterización
plausible del problema lógico de la adquisición de la lengua.
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